jueves, 13 de enero de 2011

EXPLORACION A LAS SALINAS DEL GUALICHO

Son las salinas más grandes de la República Argentina, las segundas de Sudamérica y las terceras del mundo. Es una pampa de sal que tiene 430 kms cuadrados. Buenos Aires entraría más de dos veces en esta depresión que, a 72 metros bajo el nivel del mar, promete una cena inolvidable bajo las estrellas.




Hoy podemos aprovechar el día, ir a la playa  y en la tarde conocer las Salinas el Gualicho. Están apenas a 60 kms al oeste de Las Grutas y el acceso es restringido, ya que únicamente se permite el ingreso de turistas que llegan en excursiones. Son 40 kms de asfalto y solo 20 de buen ripio. La excursión parte a las 16 hs., pensamos volver a medianoche. Vamos en los históricos camiones de DESERT TRACKS, en 4x4 o en minibús con aire acondicionado.  En pareja, con chicos y en familia. Grupos de jóvenes o abuelos. No importan las edades porque es la más espectacular de todas las excursiones. La aventura recién empieza.

Un recorrido por ruta nos lleva a conocer la historia del Balneario, las especies de botánica de la estepa y la leyenda del ferrocarril que, gracias a la provincia de Río Negro, hoy Argentina cuenta con uno de los ocho trenes más exóticos del mundo: el Tren Patagónico

La señal de celular se pierde y parece mentira que todavía exista en el mundo algún paraíso donde no se escuchan los teléfonos. El guía aprovecha y explica qué es esa silueta blanca que aparece junto a San Antonio. Se trata de Alpat (Alcalis de la Patagonia), la única fábrica de carbonato de sodio de la Argentina y una de las tres que hay en América Latina.

¿Para qué sirve el carbonato de sodio?, ¿Cómo se hace?...El guía deja la contestación para después de la visita a las instalaciones de la  empresa minera visitaremos y que actualmente cosechan el cloruro de sodio a cielo abierto.

Unas parvas de sal del tamaño de pequeñas mesetas, altas como un edificio de tres pisos y anchas como una cancha de fútbol invitan a tomar las primeras fotografías. Rodeados de maquinarias, topadoras, camiones en movimiento y personal de la empresa, el grupo de turistas se mueve hacia el lugar donde se hace el empaque de la sal y el guía explica cómo se forma y cosecha el cloruro de sodio. Sal gruesa y entrefina. Para uso industrial y hogareño.

Pesadilla para los hipertensos, solución para las industrias, la sal forma parte de la historia de la humanidad. Es curioso saber ahora tanto sobre este mineral que antes pasaba desapercibido en la mesa de cada casa.

De las Salinas del Gualicho se extraen y cosechan entre 1 y 3 millones de toneladas de sal todos los años. El movimiento de las cosechadoras, camiones y personal es impresionante. Estamos en una mina a cielo abierto, es el turismo minero que hoy se ofrece en la provincia de Río Negro.

EXPLORAR EL SALAR

En este manto de sal infinito, mucho más grande que las Salinas Grandes de Jujuy y ligeramente más pequeño que Uyuni, en Bolivia, las puestas del sol son un espectáculo único.

Dentro del salar parece que estamos en la Luna. Atardece. En el corazón del Gualicho nos detenemos después de recorrer varios kilómetros y descendemos del vehículo. El guía nos invita a sentir la sal bajo nuestros pies. Descalzos caminamos hacia el oeste, la mirada se pierde en el horizonte, el cielo se va poniendo amarillo, luego rojo y por último el violeta invade el firmamento. El sol, las fotos…No podía faltar un buen brindis para festejar este momento que quedará para siempre en nuestras cámaras y el corazón. Que lindo es recordar ese abrazo…Esa tarde…Este lugar!...

BAJO UN MANTO DE ESTRELLAS

Ningún otro lugar de la Argentina ofrece un firmamento tan rico en
estrellas, planetas y constelaciones como el de las Salinas del Gualicho. A simple vista se adivinan los principales cuerpos celestes que dominan el cielo: Marte, Venus, Sirio, Orión y la Cruz del Sur. La Vía Láctea es hasta agresiva. Con binoculares, telescopio o lentes infrarrojos aparecen estrellas impensables. “La noche ideal es durante la Luna Nueva”, dice el guía quien organiza una competencia para ver quien cuenta más estrellas fugaces.

Mientras tanto, el crepitar del fuego y el aroma nos invita a comenzar la cena. En el medio de la nada se montaron mesas, sillas y un catering de primera donde su principal protagonista será el famoso pollo al disco de Desert Tracks. Acompañado por buen pan, vino tinto de la Patagonia, gaseosa y agua para los que quieren oxidarse un poco,  siempre se sirve bien calentito. Después vendrá el postre y un buen café para contar las “espeluznantes historias” del Gualicho, sus maldiciones y leyendas.        

Por ahora solo quedamos embrujados por el escenario natural, las estrellas y una cena inolvidable. Ya es la medianoche, pero nadie quiere irse. El regreso a Las Grutas es en silencio y meditando sobre tantas experiencias buenas compartidas con gente linda.



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