martes, 25 de enero de 2011

Un museo a cielo abierto: El Cañadón de las Ostras


Ya fui casi 10 veces al Cañadón de las Ostras, situado a 17 km de Las Grutas. No deja de asombrarme, como varios lugares en esta zona de la Patagonia Argentina.

El guía se refirió al lugar como un “Museo a Cielo Abierto”: y así es. Un largo pasillo con curvas naturales trabajadas por el agua, paredes altas con minerales calsificados que se descubren como tesoros. Vegetación abundante al estilo patagónico: plantas perennes regidas por la Jarilla y otros arbustos. 

El pase de entrada al Cañadón cuesta el silencio y no llevarse nada, para que el resto de las generaciones pueda disfrutar de las ostras y de los minerales fosilizados.
Alcanzo a registrar fotográficamente las caras de asombro cuando  escuchan que los que están mirando posee...¡Más de 15 millones de años! 

 Origen y muerte de las Ostras

Fernando Skilarevsky, dueño de Desert Tracks, explica que "hay tres especies de ostras. Las mas populares son las Ostreas, que vivieron hasta hace unos 15 millones de años, en el Período Terciario Superior. Y pueden llegar a tener un tamaño de hasta 45 centímetros"

Continúa con la historia "En aquella época, toda esta parte estaba inundada por el mar. Algunas lenguas del mar argentino llegaban hasta lo que es hoy la provincia de Neuquén, ubicada a 450 kms. Al oeste de Las Grutas.  El fondo marino estaba repleto de estas ostras y su gran difusión y pasividad se daba básicamente por tres razones: no tenían competencia; no tenían depredadores y tenían mucha comida en abundancia: algas." 


 "Las ostras murieron sepultadas por una cantidad impresionante de cenizas volcánicas que cayó por la erupción de volcanes en la zona cordillerana. La ceniza sepultó las ostras y sin poder comer ni respirar las otras murieron dando comienzo al proceso de fosilización. Las ostras intercambiaron materia orgánica por inorgánica, sustituyendo la parte orgánica por minerales, básicamente las cenizas ricas de calcitas con impurezas basadas en óxidos de hierro y aluminio, razón principal por la cual es todo de color amarillo".

Al final del recorrido, el guía solicita que se haga un minuto de silencio para escuchar los sonidos del desierto...no se los cuento...tienen que experimentarlo!




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